Ansiedad y estoicismo: cómo superarla con prácticas efectivas

Publicado el 30/04/2025.
ansiedad y estoicismo

La ansiedad es uno de los males silenciosos más extendidos de nuestro tiempo. Vivimos rodeados de notificaciones, decisiones constantes, urgencias irreales y una presión social que nos empuja al límite. Frente a esto, muchas personas encuentran alivio en técnicas modernas como la meditación, la terapia cognitivo-conductual o incluso la farmacología. Pero existe otra herramienta —antigua, profunda y práctica— que ha ayudado a miles de personas a reconectar con su centro: el estoicismo.

En este ensayo exploramos cómo puedes enfrentar la ansiedad y transformarla con herramientas estoicas claras, aplicables y comprobadas.

Comprender la ansiedad desde la filosofía estoica

Los estoicos, desde hace más de dos mil años, se preguntaban: ¿Qué cosas dependen de nosotros y cuáles no? Esta pregunta, sencilla en apariencia, es el corazón de la práctica estoica y una clave directa para entender y disminuir la ansiedad.

Epicteto, uno de los grandes maestros estoicos, escribió en su Enchiridion:

“Hay cosas que dependen de nosotros y cosas que no. Solo nos debe preocupar lo que está en nuestras manos”.

La ansiedad suele nacer de nuestro deseo de controlar lo incontrolable: el futuro, las opiniones de otros, el resultado de nuestros actos. El primer paso estoico para superarla es practicar la dicotomía del control, es decir, reconocer y aceptar esta frontera. Lo que escapa a tu control no debe robarte la paz.

Prácticas estoicas para calmar la mente

A continuación, exploramos ejercicios prácticos basados en enseñanzas estoicas, que puedes aplicar desde hoy para reducir tu ansiedad.

1. Journaling matutino: comienza con claridad

Marco Aurelio, emperador romano y filósofo, escribía cada mañana en su diario reflexiones que hoy forman el libro Meditaciones. No lo hacía para ser publicado, sino para aclarar su mente.

Prueba esto cada mañana:

  • Escribe tres cosas que te preocupan.
  • Pregúntate: ¿están bajo mi control?
  • Si no lo están, suéltalas. Si sí, define un pequeño paso que puedas dar hoy.

Este ejercicio tiene un poderoso efecto regulador. Saca los pensamientos ansiosos de tu mente y los transforma en acciones concretas o aceptación.

2. Pre-meditación de la adversidad (premeditatio malorum)

Los estoicos se entrenaban mentalmente imaginando obstáculos antes de que sucedieran. No se trata de ser pesimistas, sino de estar preparados.

Haz este ejercicio antes de situaciones que te generan ansiedad:

  • Imagina lo peor que podría pasar.
  • Reflexiona: ¿realmente destruiría mi vida o puedo soportarlo?
  • Piensa cómo responderías con virtud (calma, justicia, coraje).

Ryan Holiday, en su libro El obstáculo es el camino, muestra cómo esta práctica ayuda a líderes, atletas y personas comunes a encontrar serenidad en medio del caos.

3. Visualización de la muerte (memento mori)

La ansiedad muchas veces proviene de vivir como si tuviéramos tiempo ilimitado. La práctica del memento mori, recordar que vamos a morir, lejos de ser mórbida, nos devuelve perspectiva.

Como decía Séneca en sus Cartas a Lucilio:

“No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho”.

Repite cada día: “Puedo morir hoy. ¿Qué merece mi atención? ¿A qué le estoy dando demasiado peso?”

Esto ayuda a poner en escala tus miedos y elegir con más claridad dónde enfocar tu energía.

4. El valor de la autodisciplina: rutina y límites

Los estoicos valoraban el dominio de sí mismo (sophrosyne). Tener rutinas simples y firmes ayuda a calmar la mente. Establece horarios para dormir, comer, trabajar y descansar. Limita el consumo de noticias o redes que disparan tu ansiedad. Recuerda que la libertad interior viene del orden, no del caos.

Puedes profundizar esto con el libro Cómo ser un estoico de Massimo Pigliucci, donde se exploran prácticas cotidianas para vivir con más control emocional.

Transformar la ansiedad en virtud

El estoicismo no busca eliminar emociones, sino guiarlas hacia el bien. La ansiedad, bien comprendida, puede ser una alarma útil. Si sientes ansiedad constante:

  • Pregúntate qué valores están siendo amenazados.
  • Redefine tus expectativas con realismo.
  • Usa esa energía para construir acciones firmes y conscientes.

Séneca decía:

“Sufrimos más por lo que imaginamos que por lo que realmente ocurre”.

Cuando cambiamos el diálogo interno desde el juicio al entendimiento, la ansiedad pierde poder. La mente deja de ser una prisión y se convierte en herramienta.

De la ansiedad al dominio interior

El mundo actual genera estímulos constantes, pero la clave no está en apagar el mundo, sino en fortalecernos por dentro. El estoicismo nos enseña que no podemos controlar todo, pero sí nuestra actitud frente a lo que ocurre. Y esa actitud, cuando es guiada por la razón y la virtud, calma el alma.

La ansiedad, vista desde esta óptica, se convierte en una oportunidad: la invitación a mirar hacia adentro, a vivir con más consciencia, y a elegir cada día cómo queremos responder a la vida.

Como dijo Epicteto:

“No son las cosas las que nos perturban, sino las opiniones que tenemos sobre ellas”.

Y esas opiniones, podemos cambiarlas. Con práctica. Con decisión. Con filosofía viva.

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