La compasión en el estoicismo: entender el sufrimiento

Publicado el 05/02/2025.
compasión en el estoicismo

El estoicismo es una filosofía que enfatiza el autocontrol, la virtud y la serenidad ante la adversidad. Sin embargo, a menudo se malinterpreta como una doctrina fría y desapegada de las emociones humanas. En realidad, el estoicismo valora profundamente la compasión, entendida no como una respuesta emocional descontrolada, sino como una forma racional de entender y aliviar el sufrimiento propio y ajeno. En este ensayo, exploraremos cómo se concibe la compasión en el estoicismo, su papel en la vida cotidiana y cómo puede ayudarnos a desarrollar una conexión más equilibrada con los demás.

Compasión estoica: más razón que emoción

A diferencia de otras filosofías o tradiciones religiosas que ven la compasión como un acto puramente emocional, los estoicos la abordan desde la razón. Epicteto afirmaba:

“No debemos afligirnos por lo que sucede a los demás, sino ayudarles a comprender su naturaleza y a enfrentar sus dificultades con fortaleza.”

Esto significa que la compasión estoica no se basa en la lástima o la angustia emocional, sino en la voluntad de ayudar a los demás a superar su sufrimiento con sabiduría. No se trata de sufrir con ellos, sino de guiarlos hacia una mejor comprensión de su situación.

Entender el sufrimiento propio: aceptación y crecimiento

El primer paso para desarrollar la compasión en el estoicismo es comprender nuestro propio sufrimiento. Marco Aurelio, en Meditaciones, aconseja:

“Si te duele algo externo, no es eso lo que te lastima, sino tu juicio sobre ello. Y está en tu poder cambiar ese juicio.”

Este principio nos invita a analizar el origen de nuestro sufrimiento. En lugar de victimizarnos, los estoicos nos enseñan a verlo como una oportunidad de crecimiento. La compasión hacia uno mismo no implica autocompasión o debilidad, sino la capacidad de aceptar la realidad con serenidad y encontrar en la adversidad una lección de vida.

Compasión hacia los demás: actuar con virtud

La compasión estoica hacia los demás no significa dejarse arrastrar por sus emociones, sino ofrecerles apoyo de manera racional y constructiva. Marco Aurelio decía:

“Cuando alguien te haga daño o actúe con ignorancia, piensa en su naturaleza y en que no ha aprendido a actuar de otra forma.”

Este enfoque nos ayuda a desarrollar paciencia y comprensión hacia quienes nos rodean. En lugar de reaccionar con ira o frustración ante las fallas ajenas, podemos verlas como resultado de la ignorancia o el desconocimiento.

Algunas formas de practicar la compasión estoica incluyen:

  • Escuchar activamente a los demás sin juzgar.
  • Ofrecer consejo basado en la razón, no en la emoción.
  • Ayudar cuando esté en nuestro control, sin esperar nada a cambio.

El equilibrio entre compasión y desapego

Un aspecto clave del estoicismo es el equilibrio entre la compasión y el desapego emocional. Séneca advertía sobre el peligro de dejarnos llevar por la angustia ajena, ya que esto nos hace menos eficaces al momento de ayudar.

Por ello, el estoico no se deja consumir por el dolor ajeno, pero tampoco lo ignora. Su objetivo es actuar con justicia y hacer lo posible para aliviar el sufrimiento dentro de lo que está en su control.

Conclusión: la compasión como parte de la virtud

La compasión en el estoicismo no es un sentimiento impulsivo, sino una manifestación de la virtud de la justicia. Al entender el sufrimiento propio y ajeno desde una perspectiva racional, podemos actuar de manera equilibrada, ofreciendo ayuda sin dejarnos arrastrar por la desesperación. Como nos enseñan los estoicos, la verdadera compasión no es solo sentir, sino hacer lo correcto con sabiduría y templanza.