El estoicismo es una filosofía antigua que sigue siendo profundamente relevante en el mundo moderno. Aunque sus raíces se encuentran en la Grecia y Roma antiguas, los principios estoicos ofrecen herramientas valiosas para enfrentar los desafíos del día a día. Para alguien que nunca ha escuchado sobre esta filosofía, el estoicismo puede parecer difícil de abordar, pero en realidad, se basa en ideas simples y prácticas que pueden mejorar nuestra vida cotidiana así que adentrémonos en cómo ser estoico hoy.
Lo que está bajo nuestro control
Uno de los principios fundamentales del estoicismo es la distinción entre lo que está bajo nuestro control y lo que no lo está. Epicteto, un esclavo que se convirtió en uno de los filósofos estoicos más influyentes, escribió: “No son las cosas las que nos perturban, sino las opiniones que tenemos sobre ellas”. Esta frase nos recuerda que, si bien no podemos controlar las circunstancias externas, sí podemos controlar cómo respondemos a ellas.
Aplicar este principio hoy en día significa aprender a aceptar lo que no podemos cambiar y enfocar nuestra energía en nuestras propias acciones y actitudes. Por ejemplo, en lugar de preocuparnos por la incertidumbre económica o los conflictos políticos, podemos centrar nuestros esfuerzos en ser diligentes en nuestro trabajo, tratar a los demás con respeto y mantener la calma ante la adversidad.
Practicar la virtud
El estoicismo pone un fuerte énfasis en la virtud como el camino hacia una vida buena. Según Marco Aurelio, el emperador romano y uno de los estoicos más conocidos, “la verdadera felicidad consiste en hacer el bien”. Para los estoicos, las virtudes como la sabiduría, la justicia, el coraje y la templanza son guías para la vida diaria.
En términos prácticos, para saber cómo ser estoico hoy esto significa que nuestras decisiones deben estar alineadas con estos valores. En el trabajo, esto podría traducirse en actuar con integridad, incluso cuando es difícil. En las relaciones personales, para saber cómo ser estoico hoy esto podría significar ser justo y tratar a los demás con empatía, incluso en situaciones tensas. La idea es que, al vivir de acuerdo con la virtud, encontramos una satisfacción duradera que no depende de factores externos.
Memento Mori: la consciencia de la mortalidad
Otra práctica importante en el estoicismo es la reflexión sobre la mortalidad, a menudo encapsulada en la frase “memento mori”, que significa “recuerda que morirás”. Lejos de ser una idea morbosa, para los estoicos, este pensamiento sirve como un recordatorio para apreciar la vida y actuar con urgencia en lo que realmente importa.
En la vida moderna, donde es fácil perderse en las distracciones y las preocupaciones triviales, esta práctica nos anima a vivir con intención. Saber que nuestra vida es finita puede ayudarnos a priorizar nuestras acciones, enfocándonos en lo que realmente valoramos y dejando de lado lo superfluo. Por ejemplo, en lugar de posponer proyectos o conversaciones importantes, podemos abordarlos ahora, sabiendo que el tiempo es limitado.
La Tranquilidad Mental
Finalmente, el objetivo del estoicismo es alcanzar un estado de tranquilidad mental, conocido como “ataraxia”. Esto no significa estar siempre feliz o libre de problemas, sino más bien mantener una mente serena y equilibrada, independientemente de lo que ocurra a nuestro alrededor.
Séneca, otro filósofo estoico, dijo: “La mayor parte de la infelicidad proviene de una mente desordenada”. Para los estoicos, cultivar la paz interior es una práctica diaria que involucra la meditación, la reflexión y la autoevaluación. Esto podría significar tomar unos minutos cada mañana para reflexionar sobre nuestros pensamientos y acciones, preguntándonos si hemos actuado de acuerdo con nuestras virtudes y si estamos permitiendo que factores externos nos afecten más de lo necesario.
Cómo ser estoico hoy
El estoicismo, aunque antiguo, es una filosofía que ofrece herramientas prácticas y poderosas para vivir una vida más equilibrada y significativa. Al aplicar principios como la distinción entre lo que podemos y no podemos controlar, la práctica de la virtud, la consciencia de la mortalidad y la búsqueda de la tranquilidad mental, podemos enfrentar los desafíos de la vida moderna con mayor resiliencia y sabiduría. Estas enseñanzas nos invitan a vivir con más intención, enfocándonos en lo que realmente importa y cultivando una paz interior que no depende de las circunstancias externas.